lunes, 23 de junio de 2008

ILIANA MORALES GOLLARZA

Fragmento - UN RINCÓN DE LA CIUDAD-
Fábula de María-o-María en medio del sol de la Nueva Venecia

8
María abriga el amanecer
Enrojecida por el llanto
Respiraba muy fuerte para estrenar su voz
Llevaba una tristeza de esquina abandonada.
La calle le entreabría su sombra
Le hacía endureceser sus ojos y estremecer de noche
Caminaba entre lunas llenas de memorias
De tarde en tarde
Bajaba su mirada para reconocerse en sus manos
Y al sonar del rosario volver a perderse de nosotros
A esconder sus ojos para Dios.

12
Ya la playa no llegaba a los patios y se asomaba de
Noche entre la luna
Todo había cambiado María se sentaba por las tardes a
Esperar la brisa
Porque ya no llegaba a otra hora
Se entretenía con sus manos muy inquietas y llenas de
Recuerdos
De los tejidos en hilo de los bordados de los manteles
Ya todo paso decía entre dientes pero siempre le
Entendíamos subía sus ojos y los dejaba correr por
El horizonte ya cubierto de carro y de ollín
Descuartizaba su memoria para llenarnos de cuentos
Y Ana Lucia le decía –María déjate de esas cosas con los
Muchachos –ellos no saben de eso
No sabíamos de que no saber y era de la madre de María
De su baúl lleno
De encajes de telas de seda y de muchas joyas de oro
Y nos imaginábamos los piratas cayendo en las orillas
Del milagro sin respuestas
Nuestros cuentos se tejían de tarde en tarde
Hasta llegaba la noche que comenzaba a las siete
Cerrábamos nuestros ojos esperando el de mañana que
Tal vez nos hablara del barco
Del abuelo moribundo y en silencio sin mirar al cielo
Porque su tiempo terminó sin permiso ni distancia.

18
Hay cosas que eran trascendentales para María
Como la suerte de soltera que la acompañó toda su vida
Sabía que desde un desconocido destino esa era su promesa
No cabía en su memoria la distancia de este mundo
Mundo de Nueva Venecia y puro lago
-mundo vení conmigo a saltar el lago-
Vení a volver la arena tierra de ilusiones
Abrí mis páginas para imaginarte amplio y oscuro como el
Caracol
Caracol de puerta que sostenía la de María para que pasaras
Días tras días
Hasta mi cuerpo húmedo y lleno de sol
Mundo de fiebres mundo de estambres mundo para
Abrigarme de espina


Abrojos y rapaces que despejaban el recuerdo
Y a María le declamaba su memoria
“vengo de la altura a consolarte y llevarte a la montaña a donde
El humo de los fríos te escondera”
No puedo imginar cómo contar de nuevo la historia de María
Un mundo de desilusiones tan llenas de brillo que no se
Descargan de mi presencia
Y María ha quedado encerrada en el vuelo de las hojas secas en
La nube oscura de la cebada
En el olvido de toda mi vejez….
Quiero volvertea brindarte una parte de tus cuentos María
Y llevarte por la orilla de tu lago recordando niñeces muy
largas
Y enterrar para siempre una aldea muy roja
Con grandes ilusiones del pasado.

21
María aún no ha muerto´
Porque vive en mi memoria
Amanece entre la piel de la Nueva Venecia
Permanece entre la cebada de la cervecería
Y duerme entre las olas que el Milagro no ve
Duerme entre los patios que no llegan al lago
Vive entre las líneas de estos diarios
Abraza dormida las cuadras del Empedrao
De dónde viene María entre nubes de tardes
De dónde se ve ese humo de tardes muy grises
De dónde suena el resonar de su rosario
Aún el sol arde en la Nueva Venecia
Pero ya María duerme toda llena de un viejo triufo.

ILIANA MORALES GOLLARZA. Nació en Maracaibo en 1953, poeta, quien en sus textos evoca momentos de su infancia y de su barrio “El Empedrao”.Magister en Lingüística,Profesora de la Escuela de letra de LUZ, investigadora en el Instituto de Investigaciónes Literarias,.
Trabajos realizados en la especialidad de Etnolinguística. El hablar en el Empedrao -1981, La fiesta de Santa Lucía, un evento lingüístico total 1983
Obras poéticas: Muchacho de barrio y piel, Desde entonces veo la tarde y María en medio sol de la Nueva Venecia.




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1 comentario:

Unknown dijo...
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